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jueves, 22 de septiembre de 2016

Flores.

Es increíble la vida de las flores, se podría decir que mueren para decorar tu casa, tu vida, para darle una fragancia distinta a los versos de tu alma.

Mi dulce utopía.

Quien habla del amor conociéndolo realmente? Hablan de amores y romances, hablan de mariposas en él estomago y sonrisas fugaces, pero yo no lo entiendo, ¿por qué hablan de amor si aunque su corazón lo quiera lo rechaza su cerebro? ¿Por que juegan a amar como si fuera el ajedrez y este fuera su tablero? Él mundo está lleno de gente que cree amar y no ama, que dice ser bueno y maltrata, que parte en pedazos él corazón y él alma. Ojalá las personas tuviéramos él don de querernos solo con mirarnos a los ojos, habría menos muertes, menos lágrimas, menos destrozos. Ojala las sonrisas ablandaran corazones y él mundo no conociera mas arma que los valores, ojalá... Ojalá todo esto no fuera una dulce utopía, una canción inventada, un sueño quebrado, una gran mentira, unos versos en vano, una simple melodía...
veces quiero gritar, salir corriendo, buscar una salida, un lugar donde no exista el miedo, una mirada perdida, que se encuentre con la mía y de alas a la misma, que cree una sintonía con su mirada y mis sonrisas.
A veces sólo busco un alma perdida entre la gente, que como yo busque escapar, no seguir al resto, ser diferente.
A veces sólo busco un corazón que se mantenga latente, que no se hayan congelado en lo que llaman vida esos cerebros dementes.

En sus versos.. Soy libre.

La poesía es libertad, el olor de las hojas de un libro es poesía, el ruido de la lluvia, golpeando contra el cristal, es poesía, el sabor del sus labios es poesía... por eso, en su boca, soy libre.

Eres musa; eres arte.

Me aferro cada noche a tus recuerdos, los mismos que hoy día me matan, los mismos que inundan mis noches y matan mi calma, los que disparan dardos de fuego directos a mi alma. Me aferro a tu mirada, mi corazón recuerda cada segundo, cada minuto, cada semana, cada milésima compartiendo carcajadas, cada segundo de fuego, entre tu, yo y la cama.
Hoy te escribo esto, no por nada, no por  que seas una vez más mi musa, mi poema, mi casa, si no por hacer arte de lo poco que de ti me queda, si no por sacar de dentro esto, que en el pecho me quema.
Te llevaste mis versos, mis besos, te llevaste mi canción, fuiste musa, fuiste poesía, eres arte para cualquier escritor.
Oh, vuelve musa a posar tus labios sobre mi, que si no, ya no existen los poemas, ni los versos, ni el arte de escribir, y si pierdo el arte, ya no se de que vivir.
Oh vuelve, musa mía, a tocarme, que vuelva mi corazón a latir, si no es por ti, mi dulce poesía, no existiría el arte de sentir.
Hay amores que dicen que riegan el alma, y los abrazos el corazón, de ese mismo modo hay personas que ponen tu mundo patas arriba y te convierten en canción.
Su mirada era como adentrarse en un huracán, sentirse absorbida, pero, extrañamente, a la vez, sentir una inmensa paz por dentro, como encontrar tu lugar en el mundo, aunque solo fuese durante esos segundos en los que su mirada se clavaba en mi. A ratos, cuando llovía por dentro, se me empañaban los ojos y el se dedicaba a parar las lágrimas, a arrancar sonrisas de una rota y cosida, pero a la vez deshilachada alma, días malos no tenían significado en un cielo en el que a su lado, escribíamos versos sin darnos cuenta hablando, con la mirada, sin gesticular si quiera, con el corazón temblando y obviamente ya lo sabía por esos entonces, que tenerle y quererle sería mi pecado.
Y como todo pecado conllevó su penitencia, días de dolor, como con cualquier persona que significa algo, lágrimas y el dueño de mi pecho golpeando fuertemente, con firmeza, gritándome que le quería, que le necesitaba, que olvidase ya el orgullo y le contaste lo que sentía y pensaba, pero el cerebro, en su interminable batalla por proteger al corazón, gritaba más fuerte que su melodía era de balada, dañina, y que se terminaba la canción. Y en fin.. como en cualquier batalla, alguno cede y el cora, como siempre, gana.
Inmersa en su mundo, en su sonrisa, en nuestro rumbo, impnotizada con el arte que guarda dentro, en un rincón, puras notas musicales, que tocaría con el bajo el edredón mil noches y mil días, el me convierte en canción.
Y al final.. junto a el le creo musa y sin tenerle hago más que arte, será que el dolor me sumerge por dentro y mi musa me visita para romperme e inspirarme, no lo sé, sólo se que al verle mi pecho se acelera y mi alma arde, que si hablase el dueño de este diría que para el nunca será tarde.
Recuerdo noches de melancolía absoluta, en absoluta decadencia, perdida en libros, metida en poesía, añorando su presencia, queriendo ser su poema, su corazón y su conciencia, queriendo ser su estrofa, su lealtad y su esencia.
Ojalá pudiera no sentir esto por el, ojalá cada vez que le viese sonreir no se generase un nudo en mi estómago que oprimiese mi alma, ojalá no sintiese como se me nubla la vista y se me empapa de dolor el ánima, mientras el dueño del pecho busca calma, en el interior de tus pupilas, a ver si descubre lo que guardan, porque no es normal tanta magia en unas simples miradas.
Sus ojos se posan en mi, se me ruboriza la calma, siento el cuerpo ponerse en movimiento y se me nubla el alma, segundos más tarde, mi mente arde y el tiempo se para. Ojalá nunca acabará todo esto, ojalá tus brazos fueran el lugar en el que cumplir mi arresto, ojalá la vida fuese tu significado y sólo yo pudiera descifrar la respuesta, en prosa o en verso, cargando juntos las penas.
Hay personas que dejan marcas en el alma, que llegan de repente para poner tu mundo patas arriba y luego te rompen si se marchan, hay personas, que no pueden ser musa, porque en sí ya son poesía, personas que son música y llenan tu vida con su melodía.
Hay personas que son Ángeles sin alas,  porque las llevan cosidas al corazón y al alma, hay corazones que se comprenden y sentimientos comparten, corazones con cicatrices que en trozos se parten, y se arreglan solos entre ellos, y cuando se separan... vuelven a romperse en mil cachos y se vuelven versos.